miércoles, junio 16, 2010

La catástrofe implantada.

En el tiempo que me tocó atravesar el mundo y lograr evidenciarlo, en su estado actual, es imperativo investirme de facultades extraordinarias, provenientes de mi persona y nutridas por mi entorno, para comenzar a realizar una resistencia al modelo impuesto, el cual ha "catastrofeado" mi presente.

Una idea de lucha –no callejera ni sucia- en pro de comenzar a desmantelar el modelo neoliberal, el cual me alienta una utopía de cambios revolucionarios, los cuales no están al alcance de nadie, si es que no se practica consigo mismo. Fundando en nosotros un modo y estilo de vida que nos haga caminar por la senda de la liberación de las prácticas y modelos de control.  Un planteamiento fustigador libre, al tipo de vida y su constancia a mantenerse en vigor. Así se podrá vaciar a quien tenemos instalado como el ser precario que nos han indicado que somos.

Yo podré ver mucho más de mí, si me fijo en los demás y podré ver mucho de los demás si me fijo, detenidamente, en mí. Con esta práctica elemental tenderé a superar lo que se me ha enclavado para con mi presente. De ahí podré, con ejemplos y prácticas, señalar el advenimiento de un cambio si es que soy cada día más libre y libero a otros de sus yugos sociales, culturales y monetarios.

La desidia de la rutina podrá ser siempre combatida si es que se toma una constante para nuestras prácticas: El juego. El sorprenderse y mantener en constante sorpresa al entorno es una actitud de infantes que no abandonan sus sueños y quieren, todos los días, practicar sus juegos.

Atte.
HSQO

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