domingo, febrero 28, 2010

Histeria ¿Historia? Las lecciones de H.

Desde que vivo con la Soledad, siempre me puse desde mi ventana que da hacia el norte, a mirar lo que se me permitió observar. Una lejanía muy pequeña, ya que entre árboles, antenas de celular y techos varios, alcanzo a detectar hasta los autos de la circunvalación Américo Vespucio y el cerro Renca.
Comencé asentir un vaivén de esos que despiertan a cualquiera y me eyecté de la cama poniéndome en la mis posición de siempre, hacia el mismo sentido y ahora en la oscuridad de las luces. No obstante, solo pasaron segundos para que en mi retina se imprimiera una visión que solo en la mente se puede suceder: Entre los movimientos incrementándose, los gritos de las personas y los destellos de transformadores eléctricos espolsando, el cuadro se me hizo total.
Luego me percaté en donde estaba. Sobre mi cabeza bailaban otros 3 pisos más y la oscilación ya pasaba a ser un traqueteo de una magnitud que, ni siquiera el más cuerdo de los cuerdos, aceptaría graficar in situ.
No me puse a pensar demasiado y me lancé por la ventana de mi habitación. Ya la luz artificial había desparecido y la Luna era la que mostraban los “cuadro a cuadro” que se me sucedían, mientras corría hasta el portón del condominio. Por mi costado derecho se venía abajo la pandereta de los Zapata y los escombros cubrían el camino que recorría.
Llegué hasta la puerta y solo me encontré con el fin de mi camino y personas que corrieron en mi misma dirección. La histeria y la colectiva se hicieron presentes cuando la tierra entró en calma, la luz eléctrica no estaba y los hogares, seguros y tranquilos, ya no lo eran.
¿Nos habrán Haarpeado?

Atte.
HSQO
CIO ij

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