miércoles, noviembre 05, 2008

La Lleggada, me-dios

Desde la cercanía con la faz de la tierra, ya se podía ver el gigantesco emplazamiento del comando central diseñado por Miguel del Nuevo-don. Una estructura que se sostenía en el firmamento y de ahí combatía, comunicaba y dirigía las huestes de los bondadosos, que alcanzaban los reactores apagados y, nuevamente, les daban la partida.

La señal estaba clara cuando los interminables hipervínculos se condecían y señalaban la circunscripción de algún último, por esos días. Individuos que, por el solo hecho de haber obtenido la agenda en vida, estaban aptos para ser alma-senados y sus esencias transportadas hasta el páramo de la otra vida.

Los dispositivos de luz emitían y desde el comando central se distribuía la logística para capturar aquellas señales de vida y ponerlas a resguardo para el gran viaje, el cual tenía la consigna de: La partida.

Inmediatamente los relojes control de los bondadosos se corregían y manifestaban el tiempo que a la campaña se le concedía. Prestos a defender a los Cadores Critores, mientras el acecho de los subyugados, muy recio se configuraría.

Las cortinas deflectoras se apartaban para que los transportes alma -sen se ubicaran y pudieran recibir los alientos, digitalmente señalados, que debían ser contemplados para la extracción.

La batalla comenzaba y las luchas no se hacían esperar. Ataques fulminantes y despiadados por parte de los subyugados hacían gala de su condición. Mientras los bondadosos aplicaban cuantas técnicas preestablecidas, para no dar ter-mino a la mala obra de sus hermanos inferiores. Luego de evaluar que la contienda ya era desigual y era potencialmente arriesgado para un bondadosoz<, entraba a combatir un Cador o Critor y así se podía fijar en el alzamiento de las sondas que llevan las voluntades ele-jidas.

Vio Luz cual era la técnica para arrebatarle a sus criaturas más apetecidas y no escatimó recursos para atacar la logística que ya se entendía. Míguelo hizo lo suyo porque este movimiento ya le concernía a las manos de Keting y toda su batería. Abriendo fuego contra los enemigos, desde el gran Cuartel de lo Nuevo que Nacía (CNN).

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